El aumento de los ‘despidos permanentes’: por qué las empresas están haciendo que los recortes de empleo sean una realidad constante

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Las empresas están recurriendo cada vez más a una tendencia nueva e inquietante: los despidos continuos, en los que los recortes de empleo se producen con frecuencia en oleadas pequeñas en lugar de despidos a gran escala. Esto no es sólo un cambio en la forma en que las empresas reducen su personal; es una señal de que la incertidumbre económica y los temores a la automatización están remodelando el lugar de trabajo moderno.

El cambio hacia recortes más pequeños y frecuentes

Tradicionalmente, los despidos significaban una reducción repentina y visible de personal. Ahora, los datos de Glassdoor muestran que los despidos que afectan a menos de 50 personas son el tipo más común en 2025, y representan el 51% de los avisos de la Ley WARN (divulgación legal de despidos masivos), frente al 38% en 2015. Esto significa que las empresas están haciendo recortes en lotes más pequeños y menos publicitados.

Daniel Zhao, economista jefe de Glassdoor, explica que es probable que esta tendencia continúe a medida que las empresas busquen reducir costos sin la publicidad negativa que conlleva los despidos a gran escala. Melanie Ehrenkranz, que documenta experiencias de despidos a través de su subpila Despedidos, confirma que se están despidiendo a más trabajadores, uno o dos a la vez.

Por qué las empresas prefieren los despidos continuos

Hay un elemento estratégico en este enfoque. Evitar titulares y publicaciones virales en LinkedIn es importante para las empresas. Sandra Sucher, profesora de la Escuela de Negocios de Harvard, sugiere que la incertidumbre sobre el futuro del trabajo –incluido el impacto de los aranceles y la inteligencia artificial– impulsa este enfoque cauteloso. Los empleadores están luchando por determinar cuántos empleados necesitarán cuando la naturaleza del trabajo en sí está cambiando rápidamente.

El precio único de los despidos continuos

Si bien cualquier despido es perjudicial, los despidos continuos son particularmente dañinos. Los trabajadores se pierden la red de apoyo que viene con un despido masivo, lo que los deja aislados e incapaces de comparar notas o encontrar claridad. Ehrenkranz señala que esta falta de transparencia aumenta la tensión.

Más allá del impacto inmediato, estos recortes constantes erosionan la moral y la productividad de los empleados. Las empresas ven una reducción del esfuerzo voluntario y de la innovación a medida que los trabajadores se vuelven reacios a correr riesgos por miedo a ser atacados. Sucher enfatiza que esto, en última instancia, socava la misma eficiencia que las empresas están tratando de lograr.

Una generación resignada a la inestabilidad

La tendencia está afectando más a los trabajadores más jóvenes. Laura Holland, una joven de 25 años que ya ha sido despedida dos veces en los últimos años (de Google y del Departamento de Justicia), representa una cohorte cada vez mayor de empleados de la Generación Z que ven la lealtad corporativa con escepticismo.

La experiencia de Holanda refleja un cambio más amplio: los trabajadores invierten menos en títulos de trabajo y empresas, en lugar de centrarse en la autosuficiencia y fuentes de ingresos alternativas. Ahora prioriza los proyectos personales, como la creación de contenidos, sobre el empleo tradicional.

El resultado final: Los despidos continuos no se refieren sólo a la reducción de costos a corto plazo; señalan un cambio fundamental en la relación empleador-empleado. Las empresas están priorizando la agilidad sobre la estabilidad, dejando a los trabajadores en un perpetuo estado de incertidumbre. Es probable que esta tendencia continúe a medida que se intensifiquen la automatización y las presiones económicas, lo que obligará a una nueva generación a redefinir su relación con el trabajo.