Una renovación reciente de la cocina en un bungalow de Chicago del siglo XX demuestra cómo se puede revitalizar un espacio anticuado con color, patrones y diseño inteligente. La diseñadora Crystal Blackshaw de Crystal Blackshaw Interiors dirigió la transformación de una cocina monótona de los años 90 en un espacio vibrante de estilo “granmillennial”, adaptado a una familia recién fusionada. El proyecto destaca no sólo los cambios estéticos, sino también la importancia de la integridad estructural y la maximización de la funcionalidad en casas antiguas.
Abordar los huesos primero
Blackshaw destaca que las renovaciones exitosas comienzan con las reparaciones esenciales. En este caso, nivelar el subsuelo y reemplazar las ventanas eran pasos necesarios antes de poder comenzar cualquier trabajo decorativo. Abordar estos problemas subyacentes garantiza una base sólida para el resto del diseño, un detalle que a menudo se pasa por alto pero que es fundamental en propiedades más antiguas. El equipo también descubrió una ventana oculta, que luego se equipó con vidrieras personalizadas, realzando aún más la luz natural.
Adoptando la estética del gran milenio
La clienta deseaba un interior fresco y luminoso que reflejara el nuevo capítulo de su familia. Blackshaw se entrega mediante capas de color, patrón y funcionalidad. El diseño se centra en una paleta de color crema y lavanda, con un protector contra salpicaduras de azulejos zellige iridiscentes, encimeras de piedra rosa y gris y azulejos hexagonales Annie Selke. Este enfoque maximalista crea una atmósfera caprichosa pero acogedora.
Soluciones de almacenamiento estratégico
Dado el espacio limitado de la cocina (350 pies cuadrados), maximizar el almacenamiento era primordial. El equipo instaló gabinetes personalizados que llegaban hasta el techo, utilizando el espacio vertical de manera eficiente. Se integraron armarios esquineros con mecanismos extraíbles y despensas altas, junto con un cajón de basura exclusivo. Una decisión clave involucró una isla de granja de Etsy, donde Blackshaw optó por el almacenamiento abierto para evitar una sensación de hacinamiento, en lugar de buscar soluciones de almacenamiento alternativas en otros lugares.
Electrodomésticos y toques finales
Se eligieron electrodomésticos CAFÉ de color blanco mate para aligerar el aspecto y complementar la combinación de colores lavanda. El papel tapiz y las telas de proveedores como Kravet, Fabricut y Schumacher agregaron suavidad y textura. Los colores de pintura incluyeron Calluna No. 270 de Farrow & Ball para gabinetes y Simply White (OC-117) de Benjamin Moore para molduras, con herrajes provenientes de House of Antique Hardware para mantener la consistencia.
El resultado: un espacio funcional y alegre
La cocina renovada mantiene su diseño original pero parece significativamente más grande y luminosa. La combinación de color, textura y almacenamiento inteligente crea un espacio lleno de personalidad que satisface las necesidades del cliente. El proyecto subraya el poder de confiar en la visión de un diseñador, lo que permite elecciones más audaces que elevan el resultado final.
Esta transformación sirve como recordatorio de que incluso los cambios estructurales menores, cuando se combinan con un diseño bien pensado, pueden dar nueva vida a una cocina anticuada, creando un corazón funcional y alegre del hogar.
